El poder de los sueños

Muchas veces nos hemos preguntado por el significado de los sueños, y aunque la tesis del doctor Yeong Lee dista mucho de ser aceptada completamente, en la actualidad se considera la teoría más factible, si bien incompleta, para comprender por qué razón soñamos.

El modelo de Lee sugiere que los sueños surgen como mecanismo de defensa evolutivo en la mayoría de especies animales, si bien de momento solo se ha estudiado la de los humanos. Los experimentos de Lee han conseguido dejar patente que este sistema de defensa natural de los animales se divide en dos fases distintas: la onirogénesis y la onirognosis.



¿Qué es la onirogénesis?



Los seres humanos nos enfrentamos en la naturaleza a situaciones que pueden ser favorables o desfavorables para nosotros, pero todas ellas son motivadas por un agente que las lleva a cabo. Por ello, cuando el cuerpo entra en modo de alerta por un agente externo, el cerebro busca al causante de la situación y lo clasifica como amenaza o no amenaza. Esto se debe al principio de cooperación, pues el ser humano necesita de su “manada” para la supervivencia. Así, se envía un mensaje de carácter telepático a los miembros de la especie para que entiendan la amenaza descubierta. Este mecanismo de defensa debe remontarse a nuestros antepasados pre-verbales, pues solo así se entiende que tuviera lugar este mecanismo.

Al encontrarnos con un ser que nos resulta favorable, nuestro cerebro guarda la imagen de ese ser y lo categoriza como positivo. Gracias a los últimos descubrimientos de Lee, que ha seguido trabajando en este proyecto desde su descubrimiento inicial, sabemos que los mensajes positivos no son urgentes, y por lo tanto no se envían al momento de la elaboración. Parece que estos mensajes se quedan almacenados y no se envían hasta el siguiente sueño, cuando se procesa el mensaje y se envía durante las fases de más actividad cerebral del sueño ligero. El procedimiento es elaborar asociaciones de causante y efecto, “codificar”, y enviar como una señal de radio.

Las amenazas consideradas de alerta o fatales sí que se envían al momento, alimentadas por un pico de adrenalina en el cuerpo que emite una señal para avisar al resto de congéneres del peligro. Parece que el cerebelo entiende que si hay una amenaza, no hay tiempo de dormir y mandar el mensaje mejor procesado y en su momento más adecuado para la actividad cerebral del sueño ligero.

En conclusión, la onirogénesis es el mecanismo por el cual una persona (o animal) envía un mensaje telepático a otros miembros de su especie para informar de qué otros seres o cosas pueden ser una amenaza. Si la onirogénesis es de carácter positivo (por ejemplo qué clase de comidas son satisfactorias), ésta tiene lugar durante el sueño ligero. Si la onirogénesis es de carácter negativo (como un depredador que ataca), ésta tiene lugar en el instante en que se produce ese riesgo.



¿Qué es la onirognosis?



En la fase de sueño profundo el cerebro termina de categorizar y almacenar los estímulos del día, y sirve de descanso a la consciencia. Esta fase parece primordial para evitar mezclar los buenos y malos estímulos. Según los archivos del doctor Lee, una persona que tenga una falta importante de sueño profundo y su fase de descanso sea insuficiente puede ver mezclados sus buenos y malos estímulos, generando confusión en su “yo” consciente.

La fase REM es la que procesa los estímulos negativos, recibidos a lo largo del día por otras personas que se hayan enfrentado a peligros. El mensaje urgente se recibe tan pronto la onda llega a la persona, pero queda almacenada en el cerebelo hasta la fase de sueño correspondiente. Entonces se “decodifica” y procesa quién es el causante de la alarma, y si la alarma es fatal, o es alerta. La alerta es sencillamente una sorpresa, algo inesperado y sencillamente crea en los receptores del mensaje la noción de que hay que prestar atención. Si el mensaje es fatal, se procesa al causante como una amenaza.

El resultado de procesar durante la fase REM los mensajes de alerta de otras personas desemboca en lo que tradicionalmente se ha conocido como instintos. Si una persona o animal con una cierta apariencia física ataca a alguien, esta persona emite un mensaje que durante la noche se procesa en las mentes de los demás. Este proceso no es infalible, y los instintos deben superar a la lógica para que tengan efecto. No obstante, cuando muchas personas se enfrentan a una misma amenaza, terceras personas reciben múltiples mensajes de amenaza, por lo que se afianza el instinto.

En conclusión, la onirognosis es el proceso por el cual el cerebelo analiza los mensajes recibidos, tanto positivos como negativos (incluyendo también los de alerta, también considerados "neutrales"). Así, una persona puede aprender qué elementos de su entorno le son beneficiosos y cuáles le son perjudiciales.



Y ahora... ¿Qué?



Esta teoría explicaría los casos documentados de personas que se han librado de peligros insidiosos, así como también explicaría el funcionamiento de todos los instintos.

Asimismo, además de los instintos, el poder de los sueños parece tener una gran influencia en el comportamiento de las personas de cara a cómo tratar a los demás. La superpoblación de la Tierra supone que la influencia de sueños tanto positivos como negativos genera más y más confusión en todos sus habitantes.

Por todo esto, la colonia de Marte tiene actualmente un estricto control migratorio. Solamente algunas pocas personas que superen una compleja colección de tests elaborados por Yeong Lee y sus ayudantes podrán emigrar a Marte, además de haber un cupo limitado de inmigrantes cada año. Esto se debe a la pureza de los sueños y pensamientos que reina en el planeta rojo, y por supuesto a la voluntad inquebrantable de sus habitantes a ver su paz quebrantada por cualquiera que venga de fuera con malos pensamientos y deseos.