La atmósfera marciana es tan ligera que los rayos solares apenas se ven
debilitados al tocar la superficie, por lo que usar energía solar en el
planeta rojo es bastante ventajoso a pesar de estar más lejos del sol.
Sin embargo, la mayor amenaza para la energía solar marciana son las
tormentas de polvo. Sin vegetación que arraigue la tierra, el poco
viento provocado por las grandes diferencias de temperatura (de -60 a
25ºC aproximadamente) levanta grandes tormentas de polvo que pondrían en
peligro constante la alimentación energética de la colonia. Aun con un
equipo humano o robótico limpiando constantemente los paneles solares,
sería sencillamente, una solución poco eficiente.
Por ello surgió la idea de mantener los paneles solares alejados de la atmósfera,
en órbita. Esta idea después se desarrolló en mantener una estación espacial no
tripulada siempre encima de la colonia para servir de nexo de comunicaciones con
la Tierra. Una vez planteada la solución, la AEI necesitó poco tiempo en
incluirla en el proyecto de la Mars Expedition.
Actualmente la estación orbital marciana posee un gran parque solar, y toda la
energía que cosecha la transmite a la colonia a través de un potente láser.